miércoles, 18 de noviembre de 2009

monologo de rapahango

Verdadera realidad, animales intrusos, loquitos. Sobrevivientes en mis cuevas de calor, calor a familia; pequeñitos amigos de nuestra propia selección, egoísta y estrambótica.
Yo, rapahango soy viviente de la hierva y las raíces de árboles generosos. Pero hay humanos desnudos, que solo pueden satisfacer sus sonantes tambores, con el aroma del umu fresco, que se cose en realidades lejanas.
Aquí, en mi isla, quiero corazones nobles, yo quiero dolorcito de alegría en mis múltiples corazones, por la bondad del hombre
Aquí, yo reparto los festines, como el pájaro reparte la lombriz a los polluelos. Donde los gatos sin piel comen como abejas en el panal.
Mi mano es la olla del continente, y mi presencia en tu puerta, es un saco de comida en mi lomo; pero no me niegues la ración, por que yo rapahago, te puedo devorar tu avaro corazón.

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