viernes, 23 de octubre de 2009

EL PAIS DE LAS ALMAS

En la isla después de la muerte, el alma parte a un país donde es más o menos feliz, según como en la vida haya cumplido con los mandatos del Tapu o Tabú. Si tiene méritos para ser feliz, va a una especie de edén, disponiendo de lujosas vestiduras, regia comida y mujeres hermosas; en caso contrario el alma desgraciada, especie de espectro, se convierte en Aku-Aku, espíritu maléfico, que se oculta en en las grutas de las rompientes y atormenta a sus deudos durante el sueño o cuando ellos se echan al mar. Para alejarlos de su hogar los pascuenses plantan a cada lado de la entrada de sus cabañas dos lagartos; además, para apaciguarlos, depositan ofrendas propiciatorias en los Ahu (tumbas).

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